A grandes rasgos, una auditoría web consiste en analizar errores, con el objetivo final de corregirlos. Puedes hacerlo tu mismo o con la ayuda de un copywriter que realice el trabajo en toda la web o solo en las páginas que decidas. El objetivo es conseguir, de manera orgánica, un mejor posicionamiento, mayor tráfico y más conversiones.

La auditoría se utiliza para asegurar que tu sitio web, en su conjunto, transmita lo que vendes. Por este motivo se analizan:

1.

Todos los textos, incluidos títulos, subtítulos y textos de imágenes.

2.

La estructura de la web, incluidos menús, enlaces y llamadas a la acción (CTA).

3.

El equilibrio entre textos, tono de escritura, imágenes y colores.

Por ejemplo, en una web de comida, tanto textos como imágenes y estructura deberían reflejar sabores, buena presentación y calidad: usando una gama de colores que se corresponda con alimentos, imágenes platos exquisitos, textos que abran el apetito etc…

En esta auditoría también incluyo algo que considero muy importante, y es la adaptación de la web a los distintos dispositivos, lo que llamamos diseño responsive.

Se utiliza cada vez más el teléfono móvil para navegar por internet, por eso es importante que a nivel visual y de diseño, tengas una web amigable, sencilla de usar y que se pueda leer fácilmente, de lo contrario, los visitantes se marcharan rápidamente.

Ahora te toca decidir:

– ¿Quieres seguir perdiendo visitas?
– ¿Prefieres invertir en auditar tu web para conseguir que los clientes se interesen por tus productos o servicios?

Si prefieres auditar tu presencia digital →

«Si no puedes volar, corre; si no puedes correr, camina; si no puedes caminar, gatea. Sin importar lo que hagas, sigue avanzado hacia adelante» (Martin Luther King)

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